A pesar de mi incapacidad de concentrarme, pensar, leer o escribir, sigo teniendo suerte a que otras personas escriban diálogos por mi:
Mientras conversaban, Florentino Araiza le puso la mano en el muslo, empezó a acariciarlo con su suave tacto de seductor curtido, y ella lo dejo hacer, pero no le devolvió ni un estremecimiento de cortesía. Solo cuando el trato de ir mas lejos le cogió la mano exploradora y le dio un beso en la palma.
-Pórtate bien – le dijo – Hace mucho tiempo que me di cuenta que no eres el hombre que busco.
Mientras conversaban, Florentino Araiza le puso la mano en el muslo, empezó a acariciarlo con su suave tacto de seductor curtido, y ella lo dejo hacer, pero no le devolvió ni un estremecimiento de cortesía. Solo cuando el trato de ir mas lejos le cogió la mano exploradora y le dio un beso en la palma.
-Pórtate bien – le dijo – Hace mucho tiempo que me di cuenta que no eres el hombre que busco.