7.31.2006

Dorina y Abel

[Real de Catorce]


Dorina como todos los domingos, fue a misa, y tuvo un contacto extraño con lo desconocido, al menos para ella, desdichadamente no fue la magnifica presencia del Señor, sino un pequeño escalofrió que la recorrió por completo, lleno su cuerpo de placer, llego al éxtasis con el dulce sabor del deseo.
Dorina siempre fue “casi, casi una santa”, como diría su abuela, creo que su mayor pecado consistía en haber llamado “cerda” a su madre (una liviana mujer de 120 kilos) había roto con el 4to mandamiento, había deshonrado a su “Honorable madre”. Entonces: ¿como es que esta mujer llena divinamente del espíritu de Dios, se atrevió a pecar ante los ojos del Señor mismo hecho de cerámica y clavado en una Cruz?.
No se necesita una explicación muy rebuscada, un cuerpo y una cara perfectas causaron el mismo efecto en la mayoría de las distinguidas damas de la primera banca, en la que presidían las mujeres solteronas del pueblo, todas ellas pusieron la misma cara que Dorina al ver entrar al sagrado santuario, a esa silueta humana, casi, casi divina.
¿Entonces por que hacer tanto alarde con la perturbación que creo este hombre en Dorina? Qué no, si las señoras de la primera banca, tienen la misma falta ¿no será compartida por todas y la condena será mas corta?
Todas las mujeres ahí presentes se abalanzaron sobre el ¿Acaso creían que ir a la iglesia les quita lo zorras? Una tropezó “casualmente” con el, otra le pidió que le ayudara con la colecta, y así una a una fueron a ofrecer sus servicios, con su lema siempre en mente: “Pá Servir al pueblo y asté”, lastimosamente el las fue rechazando, era todo un caballero, mas aun así, se sentía acosado, y como cualquier ser humano busca, lo que mas difícil le será de conseguir (Estupida mentalidad humana).
Y fue en ese momento en el que observo a lo lejos, una pequeña niña, incada ante el altar, frágil y pequeña, era una pieza perfecta para adornar cualquier habitación… pero, pero, ¿por que aquella mujer no se acercaba a pedir siquiera un autógrafo? todos lo conocían sabían que el era un actor de televisión, cualquiera desearían permanecer con el por lo menos una noche, pero aquella mujer no, se veía tan concentrada en su oración ¿Realmente creía que algún Dios bondadoso escucharía su plegaria?
Ella rezaba en silencio, habia algo en ese tipo que lograba que Dorina temblara en ansias y perdiera toda concentración... “Señor quitame estos pensamientos” entonces, sintió la mirada fija de alguien, no de alguien, sabia que era el, el clavaba su vista en ella, y sintió el acercamiento… su aroma, era un desconocido pero sabia que esa rica esencia afrodisíaca no era producto de ninguno de los viejos decrépitos que acompañaban a sus señoras, no, ese olor era de el.
Abel se acerco y se sentó en la banca mas cercana, miro a la niña, contemplo dulcemente sus cabellos, sabia… mas bien sentía, que ella se había percatado de su presencia, claro, la tensión en su espalda dejaba todo al descubierto, el pensó en hablarle ¿Pero de que? Tantos jodidos años de galán de TV y ahora, no sabia como sacarle platica a una mujer a menos de un metro de el, en eso escucho el tormentoso sonido acompasado de unos tacones, vio hacia el lejanía tapizada de losetas viejas y desgastadas, miro ahí un par de lindas zapatillas, desde ahí la inspecciono, linda falda, bonita blusa, un estupendo par de ojos, unos labios delineados fríamente con un rosa nacarado, su boca comenzó a exclamar a una velocidad impresionante esta plegaria:
-Hey tu eres Abel, ¡si! el que sale en VOZ EN EL SILENCIO
-Si, soy yo... jeje
-Oyes me das tu autógrafo, mi abuela esta enferma y no me creerá que te vi. Eres más guapo que en la tele... bla bla bla bla bla bla….
-Aaah... si- cuando aun estaba platicando con su fan (si a eso se le puede llamar platicar) vio como Dorina salía por la gran puerta de roble oscuro, dirigiéndose silenciosamente a la calle.
-Ok, mira te doy mi teléfono me hablas y te doy un autógrafo para ti y para toda tu familia, es mas te doy una taza con mi foto pero tengo que irme ¿si?- en eso extiende una tarjeta se la da y sin escuchar respuesta sale corriendo, en cuanto atraviesa el umbral de la puerta choca con un caso con monedas de un señor que pide “Ayuda Voluntaria” para alimentar a dos pequeños de pies sucios que lo acompañan, el la ve y piensa en gritarle… pero no sabe su nombre, y mira al vagabundo mentarle la madre por haber tirado todas las monedas, entonces saca de su cartera un billete lo desarruga se precipita al piso y recoge rápidamente las monedas:
- Tenga, tenga… perdón, disculpe, es que se va la mucha… – antes de que pudiera terminar la frase Dorina había desaparecido de su vista. El se quedo ahí a media calle, mirando para todos lados, después lo tomo todo con resignación al fin y al cabo, era solo una mujer, y no había problema, siempre había mas, en eso se acercaban a el dos niñas con uniformes de secundaria, que llevaban rato observándolo.

Soy la numero 30 en una larga lista de amantes

-Valla, ya no se ve…-Dorina estaba empapada de sudor, no solo por la correteada que le había hecho dar el atlético personaje de TV, sino también por el desorden de sus pensamientos. ¿Qué era todo eso que había sentido? ¿Estaría enferma? ¿Perturbada?
Al día siguiente Abel estaba en la iglesia, esperando "fervientemente" que ella llegara, toda la noche la había soñado; el sueño era recurrente, el la perseguía a través de un sin fin de calles, y jamás la encontraba o cuando lograba encontrarla, ella se encontraba besando la cruz de Cristo, y el trataba de separarla y acercarla mejor a sus labios quitándole el frió sabor de la madera, pero ella, ella seguía aferrada a su cruz, el despertaba bañado en sudor, sabiendo de su rival, contra el cual no podía competir, eso se repitió constantemente toda la noche.

Tengo momentos que me elevan, otros sucios que me entierran,
Voy al cielo y al infierno ¿Dónde estarás?.
Y decido olvidarte,
Y decido invocarte la herida se ha convertido en mi nuevo amor…

Pero ya era temprano y el esperaba, la misa comenzó, las señoras cantaban desentonadas sus plegarias a un Dios sordo, Abel se desespero, ella no llegaba y el estaba cansado de ser el centro de atención, hasta el mismo Sacerdote (un gordo bonachón, con un atuendo ridículo que lo hacia lucir mas obeso aun) lo observaba, cuando comenzaron las lecturas, Abel ya estaba desperado, decidió largarse de ese lugar, y así lo hizo.

Cuando se marchaba la miro, estaba tras una columna, ocultándose, y al verlo partir había salido de su ingenioso escondite, ella al mirarlo volvió a su guarida, y el sutilmente se acerco a la puerta de roble haciendo que ella lo siguiera con la mirada y se percatara de su partida, entonces el se tiro al piso, y a gatas cual penitencia entro de nuevo a la iglesia, se acerco lentamente a ella, y al llegar cercas de sus pies, los quiso besar, lo considero… recorrerla, posar sus labios en sus dedos e ir escalando lentamente, probando la blanca masa de la que estaba hecha, no tardo mucho en darse cuenta que era una estupidez, esa mujer no lo conocía, no sabia su nombre, era una mujer de pueblo… eso se notaba, si el trataba de pasarse de listo, estas mujeres lo sacarían del templo a escobazos, con gritos y escupitajos.

Así que recobro la compostura, se puso de pie ante la mirada atónita de los “creyentes”, que enseguida comenzaron a balbucear:
-ya viste... ¿No es Abel?,
-¡si! ¿Vino de vacaciones con su familia?- a el pareció no importarle nada muchos menos todos los comentarios de esas viejas que vivían como ratas de iglesia.
- su ultima novia lo dejo por que lo encontró saliendo de un motel con otra
-Ave Maria purísima, no puede ser posible, como tiene la insolencia de pararse en la casa del señor después de eso.
-el Padre debería de sacarlo de aquí. En mis tiempos cuando…
Las mujeres creían que el no oía, pero el sabia esa conversación ya de memoria, solo la ignoro ¿Ellas que saben de la vida si viven aquí? Se olvido de las criticas o al menos lo intento, fue sencillo pues ella estaba ahí, Dorina le daba la calma que necesitaba, era como un analgésico, el pensó, pensó y se canso de hacerlo, no supo que decirle a “una mujer como ella”, alcanzo a notar muchas cosas, ella ocultaba su cuerpo tras un sin fin de prendas, pero aun así no podía ocultar el contorno de su silueta, no era una niña, eso lo demostraba su cuerpo, aunque su cara indicara lo contrario, el deseba tantas cosas, pero no se decidió por ninguna, así que sabiendo que no era un hombre de fe, y al ver todas las miradas que en ese lugar lo culpaban, hasta las mismas tiesas esculturas de los santos, lo veían de reojo desaprobando cualquier contacto, “ni Dios ni los mismos hombres aprobarían tal abominación”, el fuera de Juego era evidente, se estaba cansando de los ojos de ese Jesús acusador que lo mira todo con aire de superioridad… Así es que se fue, prometió ahí ante el altar no volver, no pensar mas en esa señorita, ella era una mujer de Iglesia y el un hombre de Mundo...

En cuanto salio de la iglesia miro al vagabundo tirado a un lado de la puerta, los dos pequeños se veían a lo lejos jugar con una pelota, el saco su cartera y extendió un billete a su viejo amigo, entonces sintió el roce de una mano en su hombro, volteo, y lo que notó tardo cierto tiempo en creerlo, era ella…
-hey, perdiste esto - Dorina le extendió su mano y le dio un pequeño rosario, el no comprendió, ese rosario sin lugar a dudas no era suyo... ¿Para que chingados ocupaba el un rosario? Fue la escena mas tonta que se podía presenciar, una chica devolviendo algo que realmente ni siquiera le pertenecia, Abel no desaprovecho, extendió sus manos y tomo el rosario,
-Gracias, de verdad no se como podré pagártelo-obviamente aquí salieron sus carismas de actor.
-de nada
-de verdad, es algo muy valioso, es mas de alguna manera te tengo que pagar ¿que te parece un helado?-Ella no contesto, no sabia como hacerlo.
-aah que tonto, te quiero pagar con un helado, como si fueras una niña de 12 años perdón- entonces el aproximo su boca a la de ella, ella no supo que hacer, nunca había besado a nadie, solo sentía como el, la manipulaba a su antojo, y ella se dejaba hacer.
-me gusta el de chocolate
El no dijo nada, la tomo de la mano y la llevo a la nevería, tomaron un helado en silencio, no había mucho que decir, ella solo esperaba que el pusiera sus labios de nuevo en los suyos, se sentía incrédula de estar con el, tenia chocolate, miedo, azúcar, ansias, frenesí y bombones revueltos en el estomago. El… solo tenía nervios, sabía el protocolo, más no sabia de ella, ni quería hacerlo.

ELLA: Deja un beso distinto en los labios de mi soledad
EL: Mi alma busca la calma, son besos sin saliva, no tienen vida

El anonimato les servia a ambos, en los ojos de ella se observaba la lujuria, con un dejo de inocencia que le hacían entender que ella tenia miedo, pero aun así, toda la curiosidad de una chiquilla experimentando algo nuevo. El veía todo como un reto, era algo nuevo para el “carne fresca” de esa que no se ve muy seguido en los mercados urbanos, de repente la última mordida fue articulada por el, había terminado su helado, y ella estaba a punto de hacerlo, entonces, las acciones tenían que salir pronto:
-mmm, ¿quieres ir a caminar?
-si, esta bien
El amor no acepta cuartas reflexiones

Comenzaron a caminar, por los rincones del pequeño pueblo, las miradas de todos estaban encima de ellos, no les importaba y los dos se miraban, se besaban, se mordían… simplemente se tragaban. De repente como “una maldición del Señor” comenzó el cielo a llenarse de espesas nubes, e instantáneamente comenzó a llover, ella entorno sus ojos al cielo, se asusto, y el valientemente la abrazo, acercando su cuerpo húmedo lo mas posible al suyo, el plan ya estaba en marcha: irían a su casa
-Mi casa esta cerca ¿corremos?-Ella no contesto, solo lo miro con miedo, pero en pocos instantes recobro la valentía:
-Vamos, pero ¡apurate!, nos vamos a enfermar.
Los dos corrieron abrazados, llegaron a la puerta de su casa:
-Aquí, me estoy quedando, es pequeño, pero es mejor que seguirnos mojando.-La arrastro hacia el interior del lugar, era oscuro, pero eso se soluciono con un movimiento de la mano de Abel, tocando el interruptor todo se volvió luminoso, el lugar tenia solamente basura, comidas enlatadas de mas de una semana, demostrando la carencia de una mujer en ese lugar, solo había un sofá, en el que se encontraba una cobija y una televisión pequeña que demostraba que ahí pasaba las noches. Con un rápido movimiento el aparto la cobija y dejo que ella se sentara, ella miro todo con los ojos grandes aparentemente asustada, pero cada que miraba a Abel recuperaba la seguridad, como una niña que mira a su padre y sabe que nada, nada malo puede pasar, el no tenia ganas de esperar, quería probar esa carne tersa que se encontraba frente a sus ojos, así que sin avisar le planto un beso de esos de “verdad” tratando de con lengua llegar hasta su garganta, ella temblaba, el no sabia si era por deseo o por que en verdad estaba nerviosa, no quiso investigarlo imagino que lo segundo, el simple hecho de lo desconocido lo incitaba en sobremanera, comenzó a desplazar su mano, lentamente recorriendo su cuerpo, tocando la tela de su falda, su ropa era suave, estaba impregnada a perfume, pero eso no es lo que el buscaba esa noche, lo que el quería era tocar su piel salada, y recorrerla, pausadamente. Dorina se mantenía quieta, aun no sabia que hacer, estaba demasiado extasiada, pero todo el encanto desaparecía, pues el silencio dejaba demasiado tiempo para preocuparse ¿Cómo iba a explicar lo que estaba haciendo?
Arar con mis dientes tus labios,
Cultivar mi nombre a tu lengua

Antes de que ella pudiera pensar en una buena explicación el ya había desabrochado ávidamente su blusa, que ahora descansaba en el piso, Dorina la observa asustada. Y sin dar tiempo a que pudiera negarse, a seguir con este juego que comenzaba a aterrarla, el recorrió el tirante de su sostén resbalándolo por su hombro, y después quito suavemente la tela que cubría su seno, Dorina lo miro aterrada, ese juego para ella había acabado, el al darse cuenta de todo su miedo la abrazo, la beso, y Dorina acepto, se desabrocho dejando todo su torso al descubierto.

Colgado de su dulce cuello

esta ese Cristo de nuevo, Abel se puso un poco pálido:
-Oyes ¿podrías quitarte eso?-ella lo mira extrañada
-¿Esto? ¿Por que te da miedo? – y rompe el pequeño hilo que sostenía al Jesús equilibrista, que comienza a caer deslizándose por en medio de sus pechos.
-No, no me da miedo, es solo, solo... me incomoda un poco.
De ahí en adelante las palabras son excluidas, la noche transcurre entre murmullos, alaridos, chillidos, gritos y gemidos, pero solamente eso necesitaban.

Escuchando de tu boca el trueno,
Que besa mi cuerpo entero que suda como vela ardiendo

Abel comenzó a juguetear, sus labios eran ágiles comenzaron a recorrerla, pasando sutilmente por cada rincón de su sedosa piel, se sentía embriagado, la besaba con tanta fuerza, que ella se tambaleaba, entonces tratando de acabar con ese suplicio, la tumbo en el sillón, y comenzó de nuevo a besarla; la frente, la nariz, los labios, el cuello, los senos, el abdomen, el ombligo, después de eso sus labios encontraron un inconveniente para seguir el camino, era su falda, ahora era todo un estorbo, el con los dientes, saco el botón por el ojal y corrió el cierre metálico, a continuación ya un poco desesperado quito su boca y la ensamblo a la de ella, mientras con sus manos desprendió el pantalón, ella ya no quiso abrir los ojos “El me quiere” pensó en silencio, mientras el la adentraba cual animal hambriento.

Conquistarte fue algo bello,
Construir una ciudad en tu cabello,
Cuando creo que te conquiste basta con descansar mi cabeza en tu pecho que se levanta como cisne al mar,


Cuando Abel despertó estaba solo en la habitación, La busco, pero ella había corrido de ese lugar en cuanto a el le había ganado el sueño ¿Acaso no es así como terminan todas las historias de amor?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No Todas Las Historias d eAmor Terminan asi, de hecho..esta es una historia d euna noche pero bueno, por lo general se esperan a k uno les dispare el desayuno :P .
Ya son Muchos cuentos no...Por k No das el siguiente paso...Una novela, una sencillita, de unos 10 o 20 Volumenes, Facil Para Ti!!

Bueno Me Despido Sin Firmar Como Siempre
Para Ver si me reconoces :P

Pdta.- Yo podria ser tu Abel, jaja ;P

L'via dijo...

¿Jaime?... Bueno.. antes que nada, nunca crei, que con esta historia hubiera gente ofendida, realmente no era la intencion, no era para hablar de religion, era para hablar de amor, de la simple y torturosa historia de siempre, perdon a todos los que resultaron lastimados, pero creo que no hay motivo para tal ofenza, si peque de hereje, lo siento..

"Evidentemente, la historia ya estaba escrita cuando me topé con ella. Para seguro escándalo de incrédulos, pobres de espíritu y escasos de fe, doy gracias a Dios por habérmela dictado."
Xavier Velasco

Anónimo dijo...

muy bonita historia pero tengo la esperanza de ke ese no aya sido el final sino el comienzo de toda un desatado amor ke para mi es lo mejor de este mundo.

Anónimo dijo...

noches memorables que permanecen en el recuerdo por lo menos hasta que sean sustituidas.

muy bien

atte jesus

Anónimo dijo...

No creo que todas las historias terminen asi ?_?, pero muy interesante,.. me estoy preguntando, Tengo que ser mujer de iglesia para vivir el amor de una noche??, bueno nose, me gusto la historia, escribes bien!!

Atte
Tu Pupila :P

D.R.G. dijo...

oooh elvia eres una diosa en al escritura

me encanto estahistoria

for ever violettas!!!


jajaj

mensa te extranio

Monchie Horror dijo...

do you remenber the first time?

Unknown dijo...

¡Qué chida rola! y qué chida foto del profe Manuel Alvarez Bravo...

Saludos...

Raven Darkmoon dijo...

El Badbit no mentia cuando dijo que escribes excelente xDDDD Me paseare por aki por muuuuchoooo tiempo :P Saludous!!!